La incubación es el proceso mediante el cual el embrión se desarrolla y
se convierte en pollito, y tiene por objeto suministrar a los huevos la
temperatura, la aireación y la humedad necesaria para que el germen se
transforme en embrión y este se desarrolle normalmente. Termina con la eclosión o
salida del pollito del huevo.
La incubación puede ser:
1. Natural. Cuando es realizada por el animal vivo (gallina, pava, etc)
2. Artificial. Cuando es realizada por una máquina incubadora.
Incubación natural
1. Natural. Cuando es realizada por el animal vivo (gallina, pava, etc)
2. Artificial. Cuando es realizada por una máquina incubadora.
Luego de la fecundación, empieza el proceso de incubación. Se denomina natural porque en ella participa la gallina, no se utilizan
máquinas como la incubadora artificial. Los elementos que intervienen en esta
incubación son los huevos, la gallina y el nidal. Respecto a los huevos, su
selección y cuidado es el mismo para incubación natural como artificial. El
período de incubación del huevo de gallina es de aproximadamente, 21 días.
Incubación Artificial
En
los actuales modelos de explotación de reproductoras se ha eliminado la
incubación natural. Desde una perspectiva económico-productiva, una incubación
natural será totalmente negativa, dado que el ave interrumpiría durante esta
fase su puesta y disminuiría con ello el número de huevos puestos por ciclo,
que es precisamente la razón primera de su explotación. Es preciso, por tanto,
recurrir a la incubación artificial.
La posibilidad de producir miles y miles de pollitos diarios descansa en
la incubación artificial. Comparadas con otros animales domesticados, las
poblaciones de gallinas pueden expandirse muy rápidamente, pues una hembra de
3.5 kg de peso puede producir, en un año, más de 150 crías que significan más
de 300 kg de carne.. Esta elevada capacidad de reproducción es la principal
razón de la eficiencia del pollo y el huevo en la alimentación de los humanos.
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